Oaxaca de Juárez a 22 de noviembre de 2019.
En fechas recientes fuimos testigos y parte activa en la histórica firma de acuerdos entre las 16 comunidades zapotecas agrupadas en la COPUDA y la CONAGUA. A más de 4 años de iniciado un proceso de consulta mandatada el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa atendiendo la demanda sobre el reconocimiento del derecho del agua de los pueblos indígenas zapotecas del Valle de Ocotlán de Morelos y Zimatlán de Álvarez, Oaxaca, marcando con esto un precedente significativo a nivel nacional.
La firma de los acuerdos alcanzados en la cuarta etapa del proceso de consulta indígena en Valles Centrales y firmados del 12 de octubre; son el resultado de un largo proceso de casi 14 años, derivado de la organización comunitaria para revertir el problema de la escasez de agua para uso agrícola y el litigio estratégico para luchar por el derecho legítimo de las comunidades sobre sus recursos naturales y el territorio.
Desde la perspectiva de nuestra organización los acuerdos firmados representan un significativo avance en términos de garantizar el acceso al agua para las comunidades con un volumen acordado, el impulso de un modelo de concesión colectiva y la participación en la administración del agua a través del reconocimiento de reglamentos comunitarios, lo que implica el reconocimiento de derechos colectivos y finalmente el acuerdo de presentar al ejecutivo la propuesta para la modificación al decreto de veda de 1967, documento que surge del legítimo reclamo de las comunidades ante la inequidad en la distribución del agua.
Somos conscientes que lo anterior no representa el final del camino, más bien significa un nuevo horizonte de lucha y trabajo, se abre una quinta etapa que nos exige estar atentos al cumplimiento de los acuerdos. Para nosotros es importante remarcar que los acuerdos logrados no son un concesión del estado, son una conquista de las comunidades que han transitado un proceso legal y de consulta que tuvo una serie de violaciones al debido proceso, falta de información, dilación, así como faltas al principio de buena voluntad sin embargo; la misma voluntad de nuestros pueblos que permitió revertir la escasez con la práctica de captación de agua, propuso la búsqueda de soluciones, alternativas y acuerdos.
Sabemos que la consulta realizada es perfectible, sin embargo, reconocemos que este proceso es significativo en términos de hacer valer el consentimiento de las comunidades que han participado en ella y están atentas a lo vinculante que pueda ser.
Este proceso ha creado vínculos de comunicación, aprendizaje y articulación entre las poblaciones involucradas, así como con organizaciones de la sociedad civil. De igual manera ha impulsado liderazgos importantes para la defensa de los derechos humanos a nivel comunitario. Somos conscientes que todo lo anterior no habría sido posible sin la participación de diversos asesores, líderes comunitarios, así como todo el apoyo moral, espiritual, técnico, jurídico, político y económico de organizaciones que caminaron junto con nosotros como: SERAPAZ, la Oficina del Alto Comisionado de la ONU en México, Oxfam México, la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca, el Colectivo Oaxaqueño en Defensa de los Territorios, entre otros.
El Centro de Derechos indígenas Flor y Canto A.C. reconoce en éste proceso de cuidado y defensa del agua, como un eslabón más del movimiento comunitario y colectivo, de la lucha que sostienen nuestros pueblos originarios por el reconocimiento y la reivindicación de sus derechos, impulsados por respeto hacia la Madre Tierra y el cuidado y protección de la tierra y su territorio.
Manifestamos que el proceso aún no concluye, que los desafíos están vigentes, ya que reconocer el derecho humano al agua de los pueblos originarios, representa un reto por alcanzar, sin embargo el camino andado por la Coordinadora de Pueblos Unidos por el Cuidado y Defensa del Agua, es una experiencia organizativa, técnica y cultura que se puede replicar en otras comunidades.