El pasado 14 de septiembre se llevó a cabo la Primera Feria Agroecológica en la comunidad de San Antonino Castillo Velasco, ubicada en la región de los Valles Centrales de Oaxaca, donde 15 mujeres zapotecas agricultoras comercializaron sus productos orgánicos.
14 de septiembre de 2022, San Antonino Castillo Velasco, Oaxaca.
El pasado 14 de septiembre se llevó a cabo la Primera Feria Agroecológica en la comunidad de San Antonino Castillo Velasco, ubicada en la región de los Valles Centrales de Oaxaca, donde 15 mujeres zapotecas agricultoras comercializaron sus productos orgánicos.
Como parte de las acciones que impulsa el Centro de Derechos Indígenas Flor y Canto para el cuidado del agua y el medio ambiente, se generó un espacio de comercialización, innovación y difusión para impulsar las economías locales a través de la venta de los excedentes en las producciones de alimentos orgánicos, además de concientizar sobre la importancia de la producción y el consumo de alimentos agroecológicos.
Es así que, mediante la venta de productos, la impartición de pláticas, exposición de insumos, maquinaria, técnicas e innovaciones agroecológicas para el proceso productivo, se busca invitar a las personas a formar parte de este tipo de prácticas.
Con el aprovechamiento de los espacios públicos no solo se promueve la comercialización de productos alimenticios de alta calidad, también se fomenta la buena alimentación, el cuidado del medio ambiente y el rescate de los saberes ancestrales.
Entrevista a Josefina Santiago, mujer zapoteca y campesina.
Antecedentes
Durante la pandemia de Covid-19, el confinamiento, la falta de servicios de salud, el cierre de los mercados locales y la nula infraestructura y capacitación agrícola agudizó la vulnerabilidad de mujeres indígenas agricultoras de los Valles Centrales de Oaxaca.
Aunado a ello, y de acuerdo con el Instituto Nacional de las mujeres (2020), cabe señalar que uno de los sectores más vulnerables de la población es el de las mujeres campesinas, que además son excluidas del reparto agrario y padecen la falta de reconocimiento al trabajo agrícola que realizan, colocándolas como “trabajadoras invisibles” a pesar de ser quienes más aportan para la sobrevivencia alimentaria.
En este sentido, a través del Centro de Derechos Indígenas, Flor y Canto A. C., se implementó un proyecto de agricultura orgánica para la resiliencia con el objetivo de minimizar los efectos de la pandemia en el trabajo agrícola de las mujeres, generando un espacio de confianza para fortalecer los saberes y comprender los sentires mediante el intercambio de experiencias.
Con el proyecto de resiliencia se promovió la tecnificación de la parcela para el uso eficiente del agua, por aspersión y goteo; la capacitación en técnicas agroecológicas que favorecen el cuidado de la Madre Tierra; el monitoreo y la asesoría especializada durante el desarrollo de los cultivos para su oportuno cuidado; la capacitación en la medicina herbolaria y orientación nutricional para el buen comer y mejoramiento de la dieta familiar.
Como resultado de dicho proyecto se impulsó la primera feria agroecológica, donde, además de la participación de mujeres de Santa Catarina Minas, El Porvenir, San Sebastián Ocotlán, San Matías Chilazoa y San Antonino Castillo Velasco, quienes comercializaron los excedentes en su producción, también estuvieron presentes artesanos y artesanas locales.
Desde Flor y Canto, a través del desarrollo de diversos proyectos, promovemos el respeto de los derechos de las mujeres, en especial su derecho al territorio, e impulsamos su aporte en la vida comunitaria, su distintivo toque en el cuidado de la Madre Tierra y su labor en la producción de una mejor calidad de alimentos cosechados.