Una pandemia global que afecta a toda la humanidad ha evidenciado la ausencia de interseccionalidad en las medidas adoptadas por el Estado, como un elemento transversal al análisis y propuestas de recomendación. En el análisis de la pandemia y sus efectos, y en las respuestas, no se ha considerado la intersección de diversas características de las personas, entre ellas, la etnia o su contexto de vida y de trabajo.

La actual contingencia sanitaria, ha mostrado una vez más, las debilidades en los sistemas de salud pública y protección social, la fragilidad de los mecanismos que garanticen el ejercicio de los derechos sociales en las comunidades indígenas. Observamos en varias comunidades indígenas que las niñas y niños no pueden, por ejemplo, acceder a la educación durante la contingencia porque no cuentan con internet o equipo de cómputo, tampoco tienen un televisor en casa. Reafirmamos que la pandemia no afecta igual a todas las personas en este país y que persisten las políticas públicas discriminatorias.

En el marco del Día Internacional de los Pueblos Indígenas afirmamos que los pueblos indígenas siguen esperando respuesta a sus históricas demandas. A 20 meses del gobierno de Andrés Manuel López Obrador es necesario que el Presidente rectifique y respete los compromisos internacionales adquiridos por el Estado Mexicano en materia de derechos indígenas, en instrumentos internacionales como el Convenio 169 de la OIT, la Declaración de las Naciones Unidas sobre Derechos de los Pueblos Indígenas y la jurisprudencia del Sistema Interamericano de Derechos Humanos.

Eso implica realizar las reformas legales que armonicen la Constitución y las leyes federales con los distintos Convenios Internacionales que consagran los derechos de los pueblos indígenas como sujetos de derecho. Detener los megaproyectos que amenazan su subsistencia, los cuales han sido impuestos violentando su derecho a la consulta y consentimiento previo, libre e informado. Reformar de manera inmediata la Ley Minera y la actual Ley de Aguas nacionales, instrumentos para el despojo legalizado a los pueblos indígenas, es impostergable la aprobación de una nueva Ley General de Aguas que permita erradicar el uso mercantilista del agua, cambiando por completo la política hídrica del país.

Gracias a la cosmovisión de los pueblos indígenas y su relación de amor, cuidado y respeto por la Madre Tierra, es posible mantener hoy, la tan frágil biodiversidad del planeta que garantiza toda expresión de vida, por lo que respetar los derechos de los pueblos indígenas, es contribuir a garantizar el hábitat de la vida misma.

Que el reconocimiento y el respeto de los derechos de los pueblos indígenas sea un hecho en la 4T y no solo un discurso.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *